domingo, 20 de marzo de 2016

R E S P I R A

“Nuestras respiraciones están contadas por las estrellas”, filosofía hindú

Usuarios de la recién construida ciclopista en la avenida Patriotismo optaron por utilizar cubrebocas por la mala calidad del aire, durante la contingencia ambiental. Foto María Meléndrez Parada

Respirar es vivir. Para la filosofía oriental, nacemos con cierta cantidad de inhalaciones, por lo que aprender a “bien-respirar” puede mejorar e incluso alargar la vida. Cierto es que podemos vivir unos días sin comer, muchos menos sin beber, pero tan sólo unos minutos sin respirar. La misma palabra “espíritu” en latín, árabe y sánscrito refiere también al aire, a la respiración, al hálito, al soplo vital. Somos lo que comemos, bebemos, pensamos, sentimos, pero también, en buena medida, lo que respiramos. Y en este punto, después de tres días de contingencia ambiental en la Ciudad de México, es donde surgen las preguntas: ¿Qué estamos respirando?, ¿cómo afecta nuestra salud?, ¿qué podemos hacer?

Quizá el primer paso es tomar conciencia de la gravedad de la contaminación atmosférica urbana, así como de los riesgos que implica para nuestra salud. Lo que vivimos esta semana en la capital fue un episodio de contaminación severa, en el que las concentraciones de ozono o de partículas suspendidas alcanzaron “niveles que ponen en riesgo la salud de la población”, en palabras de la misma autoridad.

Vista aérea de la Ciudad de México captada la tarde del jueves, cuando se levantó la contingencia ambiental. Foto Carlos Ramos Mamahua

Reducir la contaminación, puede salvar millones de vidas: OMS

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el valor normal de ozono, en el que vivimos bien, es de 100 (μg/m3). En la Ciudad de México, la concentración de ozono alcanzó estos días hasta 203 puntos Imeca, más del doble del nivel fijado por la dependencia internacional, lo que llevó a la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) a activar el lunes pasado, por primera vez en 11 años, la fase 1 de contingencia ambiental.

De acuerdo con la OMS, cuando las concentraciones de ozono superan los 160 puntos, ya existen efectos importantes en la salud. Puede haber inflamaciones en los pulmones, así como un aumento estimado de un 3-5 por ciento en la mortalidad diaria.

Hoy en día, un 25 por ciento de las muertes del mundo, una de cada cuatro, están relacionadas con factores del medio ambiente, como la "contaminación del aire, agua y suelos, la exposición a sustancias químicas, el cambio climático, y los rayos UV", según publicó la organización internacional esta misma semana. Por lo que de pronto, mejorar la calidad del aire se convierte en una cuestión de vida o muerte. Al reducir la polución atmosférica, se pueden salvar millones de vidas, sin exagerar.

Imagen del jueves pasado, durante el tercer día consecutivo de la contingencia ambiental en la capital. Foto Yazmín Ortega Cortés
La contingencia y los autos...

La CAMe, que mide el nivel de contaminación, atribuye el 87 por ciento de los precursores de ozono a los automóviles, cuyo número ha aumentado de manera atroz en los últimos años. De 2005 a 2013, se duplicó la cantidad en la ciudad: en ese lapso se pasó de 3.5 millones a 6.8 millones de coches. Además, desde julio de 2015, cuando la Suprema Corte consideró inconstitucional el endurecimiento del programa Hoy no circula, y se permitió que los autos pudieran obtener la calcomanía cero sin importar su antigüedad, volvieron a las calles de la zona metropolitana alrededor de 600 mil coches.

El miércoles pasado se prohibió la circulación a más de 500 mil automóviles, medida que no se había adoptado en décadas, pero terminada la contingencia, todo volvió a la normalidad. Ahora, dentro de quince días, las autoridades ambientales deberán presentar un nuevo plan para enfrentar las emergencias ambientales, según prometió el secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano, quien también anunció que los Verificentros tendrán nueva tecnología, habrá cambios en el programa Hoy no circula, se someterá a verificación también al transporte público y de carga y se modificarán los límites contaminantes.


La mala calidad del aire en la Ciudad de México provocó la declaración de contingencia ambiental. Foto María Meléndrez Parada
La solución debe venir desde el gobierno, sí, con mejores políticas y un mejor sistema de transporte público, pero también desde la sociedad organizada. Como ciudadanos podemos contribuir con pequeñas acciones que sumadas harán mares. Por ejemplo:
  • Caminar más y usar más el transporte público y la bicicleta. Usar menos el auto.
  • Compartir el automóvil con otras personas.
  • Revisar constantemente el coche para que contamine menos.
  • Leer más sobre contaminación atmosférica y crear conciencia.
  • Plantar árboles.
  • Conocer cómo la polución afecta la salud.
  • Pequeñas medidas contribuyen con el ambiente, como: reciclar, reusar, reducir el consumo, tratar de no usar aerosoles.
  • Utilizar menos energía en casa y no desperdiciar agua.

En esta página se pueden encontrar muchas más ideas sencillas para mejorar el ambiente, porque una ciudad más limpia contibuye a una mejor calidad de vida, porque al final: Respirar es vivir.

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