lunes, 14 de marzo de 2016

Las bicicletas de Toledo y Morales

La cultura en Oaxaca no sería lo que es sin el arte y activismo de Francisco Toledo y Rodolfo Morales, quienes han rescatado y propulsado el patrimonio del estado a través de su obra pictórica, pero también por medio de fundaciones, museos, proyectos de reforestación, así como manifestaciones y actos artísticos de protesta. En esta entrada de #2Ruedas, reunimos algunas de las obras de ambos relativas al mundo de la bicicleta, como un pequeño homenaje a la dupla oaxaqueña.

Los pintores oaxaqueños Francisco Toledo y Rodolfo Morales, en imagen de archivo. Foto Notimex
El maestro de Juchitán: Francisco Toledo

El escultor, grabador, pintor, mecenas, promotor cultural y activista juchiteco Francisco Toledo (1940) es considerado el artista plástico vivo más importante del país.

Toledo “es un excéntrico, el primitivo que funda instituciones culturales, el pintor cultivado que se asume como parte del fluir de la naturaleza”, según lo definió Carlos Monsiváis en la introducción del libro, Obra gráfica para Arvil 1974-2001 (2001).

Con las raíces de su arte en la herencia cultural, la historia, la mitología, las tradiciones y el mundo prehispánico, el artista zapoteco ha encabezado varias protestas para defender el patrimonio cultural y los derechos humanos.

A sus 72 años, el 11 de febrero de 2012, Toledo montó su bicicleta para liderar una protesta contra un distribuidor vial al sur de Oaxaca, proyectado por el gobierno de Gabino Cué. Los argumentos de los activistas fueron que la obra ignoraba el paso de peatones y ciclistas, anulaba la integración de transporte público y promovía el uso del automóvil.

Aquí, algunas obras de Toledo alusivas a la bicicleta:

Francisco Toledo, Mono con bicicleta (2005)
Francisco Toledo, La bicicleta (1975)
Francisco Toledo, Benito Juárez con bicicleta (2005)

El maestro de Ocotlán: Rodolfo Morales

El realismo mágico puebla los lienzos surrealistas de quien fue apodado El señor de los sueños. Mujeres, ángeles femeninos y novias son los personajes que amenazan con salir de los óleos de Rodolfo Morales (1925-2001), artista que siguió los pasos de su paisano Francisco Toledo y abocó buena parte de sus fuerzas a una obra altruista destinada a preservar el patrimonio cultural, social y ecológico de su estado.

''Creo que mi trabajo está bien acoplado a lo que es el pueblo, creo que la gente entiende mi trabajo y al parecer se ve un tanto reflejada en mi obra'', dijo Morales a La Jornada en una entrevista en septiembre de 2000, unos meses antes de su muerte.

Para muchos, el maestro de Ocotlán no recibió en vida el reconocimiento que merecía. Sin embargo, en Oaxaca se le sigue rindiendo homenaje de diversas maneras. En 2012, varios oaxaqueños rodaron en bicicletas adornadas con motivos que recordaban la obra de Morales.

Rodada a una década de la muerte de Rodolfo Morales en Oaxaca
En su libro Oaxaca de mis amores, Guadalupe Loaeza narra el origen de la fascinación de Morales hacia las novias. Cuenta cómo uRodolfo niño vio pasar afuera del mercado de Ocotlán a una mujer vestida de blanco. Esa noche soñó con ella y al día siguiente la dibujó y se la mostró su madre: “Mira, mamá, qué triste está la novia porque no se casó. Se sentía tan infeliz que huyó en bicicleta”. 

Rodolfo Morales, Novia y bicicleta
Rodolfo Morales, Dos novias en bicicleta (1996)
Rodolfo Morales, La bicicleta

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