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Foto tomada del Facebook de Shannon Galpin, productora del documental Afghan Cycles, que narra la historia del equipo nacional de ciclismo femenino de Afganistán |
¿Por qué las mujeres no pueden rodar? ¡Inmoralidad y violación
de la ley islámica y la decencia!, responden quienes expresamente
violan el derecho al transporte y la equidad de género en estos
países, algo inimaginable en otras naciones. A pesar del
miedo, valientes mujeres salen en bicicleta para desafiar al estatus
quo e incluso formar organizaciones con el fin de reivindicar su libertad. El equipo ciclista femenil afgano, por ejemplo, está nominado al Premio Nobel de la Paz.
Equipo afgano ciclista femenil, candidato al Nobel de la Paz
“Las bicicletas pueden literalmente cambiar vidas”, opina
Shannon Galpin, quien fue apaleada, violada y abandonada en una calle
a los 18 años, pero consideró el terrible evento como una
oportunidad para ayudar a mujeres
maltratadas y violentadas, cuyas voces no pueden ser silenciadas ni
sus espíritus acallados.
Shannon fundó la organización Mountain2Mountain y el proyecto
Strenght in Numbers, que utiliza a la bicicleta como un vehículo
para “confrontar las barreras de género y ganar atención para la
causa” a lo largo y ancho del mundo. La activista realizó el
documental Afghan Cycles (http://www.afghancycles.com),
que narra la historia de una docena de afganas pertenecientes al
equipo nacional de ciclismo femenil, quienes experimentan vientos de libertad al rodar contra una cultura altamente opresiva para las
mujeres.
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Foto tomada del Facebook de Shannon Galpin, productora del documental Afghan Cycles, que narra la historia del equipo nacional de ciclismo femenino de Afganistán |
“Ellas no andan en bicicleta
para hacer una revolución, lo hacen simplemente porque consideran
que tienen el derecho. No buscan competir, sino usar sus bicicletas
para crear un cambio que es posible”, cuenta Galpin.
En un país asolado por el Talibán, en donde existe una prohibición intrínseca para que las mujeres hagan deporte, la escuadra ciclista femenil rompe barreras de género y sociales. Ellas alzan la voz y los pedales contra el acoso, las acusaciones de inmoralidad e incluso amenazas de violencia física. Entre el calor del desierto, el polvo, el peligro de las montañas y la pesada ropa, ruedan por su libertad.
“Las personas sólo quieren
acosar a otros o burlarse y molestar a las mujeres. Nos dicen que no
es nuestro derecho andar en bicicleta en la calle. Nosotras les
respondemos que lo es y nos lo están quitando. Entonces sólo aceleramos
y nos vamos”, describe una de las protagonistas del documental.
Después de que se eliminó el
equipo ciclista femenil afgano durante la época soviética y el
control talibán, las jóvenes volvieron al ruedo en el Campeonato
Asiático Ciclista en Nueva Delhi, India, en 2013. En estos días,
inspiran a cientos de mujeres que han empezado a usar bicicleta.
Apenas en enero pasado, se anunció su nominación formal para el
Premio Nobel de la Paz, promovida por 118 abogados italianos.
Las primeras mujeres en rodar en Gaza en años
“Ciclismo para todos. No se trata de mostrarles que lo logramos, sino de invitarlos a que se unan”, escribió en su cuenta de Facebook la maestra de inglés de 33 años Amna Soliman, junto con la publicación de dos fotografías que resultaron más que polémicas, en las que aparece ella junto con tres amigas en un día de campo, después de rodar desde su hogar en el campo de refugiados de Jabalia.
Las imágenes podrían considerarse históricas porque muestran a las primeras mujeres en andar públicamente en bicicleta después de varios años en la franja de Gaza, sitio en el que el grupo islamita Hamas se ha esforzado por prohibir cualquier actividad deportiva pública femenil, ya que ello contraviene la “decencia islámica”.
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"Esto es un picnic real. La próxima vez, acompáñenos", publicó en su Facebook Amna Soliman, una de las primeras mujeres en rodar en Gaza en años |
Una de las jóvenes dice que más que disfrutar de sólo ir por un paseo,
también busca hacer una declaración política en un lugar en donde
muchos palestinos piensan que es “inapropiado” que las mujeres
paseen en bicicleta, ya que muestran sus piernas moviéndose hacia
arriba y abajo y “provocan la lujuria” al mostrar sus nalgas.
“Andar en bicicleta te hace sentir como que vuelas”, según contó Soliman al New York Times, cuyas palabras son secundadas por su amiga Salibi, quien se siente “libre” al rodar.
Muchas personas apoyan a este pequeño grupo de cuatro féminas en dos ruedas, pero muchas otras las insultan por “violar la decencia”. Sin embargo, para Soliman, los agravios no son un problema, “sólo siento pena por esas personas”, afirma. “Las restricciones deben desaparecer y estoy tratando de enviar ese mensaje. Las mujeres juegan un rol activo en la sociedad y tienen el derecho a la libertad”, dijo a Afp, mientras alentaba a sus compañeras.
“Las mujeres en el mundo árabe luchan para sentirse lo suficientemente libres como para viajar solas”, dice la paquistaní Momal Mushtaq, quien a los 25 años, después de una vida en la que estuvo obligada a siempre desplazarse acompañada por un hombre, decidió que “no podía soportarlo más” y lanzar la plataforma en línea Freedom Traveller http://thefreedomtraveller.com/, para empoderar a las viajeras, especialmente en aquellos países en los que la libertad de movimiento femenina está altamente restringida.
En su página web, ciudadanas de todas las nacionalidades y creencias pueden compartir sus experiencias de viaje y poner los mapas de sus trayectos. “Sentí que si las mujeres leyeran de otras que son tan valientes como para viajar solas en sus comunidades y más allá de sus fronteras, se inspirarían para seguir el ejemplo”, explica Momal.
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La paquistaní Momal Mushtaq creó la plataforma en línea Freedom Traveller para promover la libertad de tránsito de las mujeres |
A pesar de ser dos de las naciones árabes más desarrolladas,
turísticas y cercanas a Occidente, Arabia Saudita y Egipto tampoco
ven bien a las mujeres en bicicleta, a las que consideran “impúdicas”. En estos países no existe una ley escrita que prohíba
a las ciclistas, pero pocas se atreven a rodar por temor a los
insultos y hasta las pedradas que recibirán.
Apenas en abril de 2013, Arabia Saudita permitió oficialmente que las mujeres usaran bicicletas y motocicletas, pero la nueva libertad resultó limitada, porque ahora se tolera que rueden únicamente en círculo alrededor de parques y otras “áreas recreacionales”, con la vestimenta tradicional islámica y acompañadas por un hombre.
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Para las mujeres, aún es ilegal rodar hacia un posible empleo en Arabia Saudita. Foto Afp |
En tanto, en Egipto, la mayor parte de los hombres considera como
“inmoral” que las mujeres monten en bicicleta. Es usual que se
insulte o ataque a las ciclistas por romper la tradición.
La organización Go Bike busca “cambiar la percepción de la
sociedad” sobre el tema y que “las egipcias rompan los moldes,
costumbres y tradiciones”, asegura su vocera Hadeer Samy. “Traten
de no asustarse. Olviden a aquellos que las rodean, desafíense a sí
mismas y sólo disfruten”, recomienda, como parte de una revolución
femenina en desarrollo en el mundo islámico: una en dos ruedas.
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