miércoles, 6 de abril de 2016

¿Pedalear en días contaminados?

 “Si todo el mundo pedaleara, el aire sería más limpio”, Dr. Tim Nawrot

Después de estos días de contingencia ambiental y doble Hoy no circula, algunos capitalinos optaron por trasladarse en bicicleta ante la restricción de  usar su auto, para evitar los atascones en el transporte público, no pagar las tarifas encarecidas de Uber o llegar más rápido a su destino. A pesar de que la contingencia ya fue suspendida, vale la pena cuestionarse: ¿pedalear bajo la nata contaminante no hace que salga el tiro por la culata?, ¿qué precauciones puede tomar el que se decide a salir en dos ruedas?

Para evitar las aglomeraciones en el transporte público, varios capitalinos optaron por la bicicleta durante el endurecimiento del Hoy no circula. Foto María Meléndrez Parada
Una persona que se traslada en bici por la tercera ciudad más contaminada del país, nuestra querida capital, no se salva de parar en más de una ocasión detrás de un microbús que, sin golpe avisa, lo deja envuelto en una nube de ponzoña, compuesta por un coctel de monóxido de carbono, ozono, dióxido de nitrógeno y pequeñas partículas de humo, con vía directa a lo más profundo de los pulmones, porque el ciclista, después de un rato de pedalear, respira más hondo de lo normal.

Un artículo publicado en la revista científica The Lancet, que analizó 36 estudios, ubicó el pasar tiempo en el tráfico como el principal detonante de un ataque cardiaco, en especial para los ciclistas, porque ellos combinan otros factores de riesgo: el estrés, la exposición a la contaminación de manera más directa y el ejercicio físico.

Ciclistas capitalinos optaron por usar al menos un cubrebocas. Foto María Meléndrez Parada
El periódico británico The Guardian le preguntó al autor del análisis, el doctor Tim Nawrot de la Universidad de Hasselt en Bélgica, si era mejor no usar la bicicleta para no arriesgar la salud.

“No se puede concluir eso de nuestro análisis. No concuerdo con que andar en bicicleta no sea bueno. La actividad física es una muy buena manera de prevenir las enfermedades crónicas”, respondió en ese entonces el experto al diario.
  
Lo cierto es que respirar contaminantes de manera prolongada reduce la capacidad pulmonar y dificulta el paso del aire, lo que podría conducir a dolores de pecho e incrementar el riesgo de asma.

Rodar tiene muchos beneficios, sin duda; pero también, inconvenientes. En vez de dejar de usar la bicicleta, se pueden tomar medidas para mitigar o eliminar los riesgos.

La Fundación Británica del Pulmón da una sencilla solución: “si se va a exponer a los humos del tráfico, por ejemplo si es ciclista o corredor, use una mascarilla”.

Imagen tomada de totalwomenscycling.com
Existen varios estudios indexados sobre los beneficios de las mascarillas para reducir los riesgos por exposición a partículas contaminantes. Aquí se puede consultar uno, que a su vez cita muchos más sobre el tema.

Así que... quizá en estos días no es exagerado que quien se traslade en bici añada una mascarilla a su kit básico de casco, luces y herramientas. Las hay en el mercado desde muy especializadas con filtros intercambiables, hasta otras más sencillas, de todos colores y diseños.

Usuarios han comparado sus filtros usados con los nuevos y comprobado la cantidad de partículas contaminantes que detienen… En la siguiente imagen, se observan los de grandes y contaminadas ciudades asiáticas. La pregunta es ¿cómo quedaría una respirada en la CDMX?

Imagen tomada de http://bicycledesign.net/
En días en que respirar en la ciudad se vuelve más pesado de lo habitual, no se trata de evitar la bicicleta, sino de tomar precauciones, porque como el mismo doctor Nawrot dijo: “Si todo el mundo pedaleara, el aire sería más limpio”

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