“Cuando veo a un adulto en una bicicleta, no pierdo las
esperanzas por el futuro de la raza humana”. H.G. Wells
Ciclistas en todo el globo han rodado estos días para festejar a la bicicleta y promover su uso. La Ciudad de México celebró
hace una semana con la formación de un velocípedo humano monumental en el Zócalo y el sábado pasado con una megarodada hacia el Bosque de Chapultepec. Sin embargo, el 19 de abril marca el Día Mundial de la Bicicleta, pero
por una razón muy particular, más cercana al LSD que al mundo ciclista.
Un 19 de abril, pero de 1943, fue cuando el científico suizo Albert
Hoffmann, conocido como El padre del LSD,
ingirió expresamente una dosis de 0.25 miligramos de dietilamida de ácido lisérgico, ya que tres
días antes lo había hecho por error, descubriendo sus efectos psicotrópicos.
Cuando la droga comenzó a hacer efecto, el químico le pidió
a su asistente que lo llevara a su casa, pero las restricciones de transporte
impuestas por la Segunda Guerra Mundial, que no permitían el uso de ningún
automóvil, obligaron a que el primer viaje
de la historia con LSD fuera en bicicleta.
“En el camino a casa, mi condición comenzó a tomar formas
amenazantes. Todo en mi campo de visión estaba onduleante y distorsionado, como
en un espejo curvo […] Poco a poco pude comenzar a disfrutar de colores sin
precedente y formas que persistían incluso con mis ojos cerrados. Imágenes
caleidoscópicas y fantásticas surgieron en mí, alternándose, coloréandose y
abriéndose y luego cerrándose en sí mismas en círculos y espirales, explotando
en coloridas fuentes, reacomodándose e hibridándose en un constante flujo”, relató
el suizo más tarde en sus apuntes, que se pueden leer en esta liga con más detalle.
Aquí dejo una maravillosa animación, premiada en el Festival de Venecia 2009, que muestra aquella travesía ya
histórica, de acuerdo con la imaginación de los estudiantes del Departamento
de animación del Centro Experimental de Cinematografía de la Escuela Nacional
de Cine de Italia, sede Piamonte.
Después del viaje en
bicicleta, Hoffmann se dio cuenta del potencial de la droga para la
psicoterapia, psiquiatría e investigaciones sobre el cerebro, debido a su
naturaleza “intensa e introspectiva”, poco se imaginaba del uso que más tarde le
daría el movimiento hippie en los
años setenta.
Apenas hace unos días, a más de medio siglo de distancia de
la experiencia del experto suizo, se publicó un polémico estudio que refiere
que el LSD vuelve al cerebro más “completo” y podría ayudar a sanar y hallar
nuevas formas de conocimiento, según investigadores de la Academia Nacional de
Ciencias de Estados Unidos. Y continúa el debate...
En fin, sin ánimos de más digresión, ¡Feliz día de la Bicicleta! Y que el mundo siga rodando…
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