miércoles, 18 de noviembre de 2015

¡Ni un ciclista muerto más!

Protesta #NoMasCiclistasMuertos en el Zócalo capitalino, el 14 de marzo de 2015. Foto María Luisa Severiano / La Jornada

Iba del trabajo a la escuela en Ecobici en un día entre semana. Avanzaba por el carril ciclista. Eran más o menos las 6 de la tarde, cuando un microbús que hizo parada invadió la vía y la dejó prensada para después atropellarla. Y así, sobre avenida Reforma fue como terminó su vida a los 21 años, el martes 17 de noviembre. Sin embargo no; no es una cifra más. Al igual que los otros 200 ciclistas que pierden la vida al año en las calles de México cifra del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes, tiene un nombre, una biografía, una familia que la esperaba en casa, amigos, un trabajo, anhelos y un proyecto de vida.

La muerte de Monserrat Paredes Alva desató una vez más una ola de indignación.

La organización ciclista Bicitekas convocó de inmediato a un acto de protesta este domingo a las 10 de la mañana, en la esquina de Andador y avenida Reforma, donde falleció la joven. Pidió a los asistentes llevar pinturas de colores vivos para hacer “un memorial para Monserrat e intervenir el carril y demandar respeto y acciones claras del gobierno”.



¡Transitar por la ciudad en bici o a pie NO puede seguir siendo un riesgo!”, se lee en la cuenta de Facebook de la organización, en un post que hasta el momento lleva 43 mil 767 likes, y contando...

Entre las personas que comentaron la publicación en la red social, está el padre de la difunta Gabriel Paredes: “Soy el papá de Montse y lo único que les puedo decir es que ella amaba la vida y jamás dañó a nadie”.

Monserrat Paredes, foto tomada de su Facebook

El Gobierno del Distrito Federal salió de inmediato a decir que no habría impunidad. La Procuraduría capitalina abrió una investigación por homicidio culposo contra quien resultara responsable, y empezó a revisar las cámaras aledañas al sitio del accidente. Menos de un día después, la PGJDF ya tenía una respuesta. En un comunicado, informó que identificó al chofer; peritos analizan su implicación en el crimen y en 48 horas se conocerá su situación legal. 

La pregunta obligada es: capturando al conductor e incluso en un supuesto idílico para algunos, refundiéndolo en la cárcel, ¿se evitarían más atropellamientos ciclistas?

No hay indemnización ni decisión jurídica que regrese vidas, pero sí hay muertes que pueden cambiar futuras decisiones”, escribió en un artículo de Vice Chantal Flores, cuyo cuñado, Gerardo Pedroza, murió arrollado por estas mismas fechas, pero hace un año, también al conducir una Ecobici.

¿Cómo se puede hacer que la muerte de Monserrat y la de los otros 200 ciclistas que pierden la vida al año no sea en vano?, es un cuestionamiento que debería girar en la mente de más de uno en estos momentos.

Posiblemente la respuesta nos la da la propia encuesta anual del programa gubernamental de la Ecobici... En su edición 2014, arrojó que la principal dificultad para andar en bicicleta en la ciudad es nada menos que la “falta de educación vial”. Entonces, el paso lógico sería atacar esta flaqueza.


Protesta #NoMasCiclistasMuertos en el Zócalo capitalino, el 14 de marzo de 2015. Foto María Luisa Severiano / La Jornada

Quizá, y es sólo una idea, es tiempo ya de dejar de concebirnos como bandos opuestos: ustedes los ciclistas que se suben a las banquetas y se meten por donde quiera en sentido contrario y por eso los atropellan; ustedes los automovilistas que se pasan los altos y echan lámina a todo el mundo y por eso nos atropellan; ustedes los motociclistas que no respetan a nadie y se meten por cualquier huequito, sin decir ni “agua va”; ustedes los peatones que se sienten los primeros de la cadena y hechos de plástico

Quizá es tiempo ya de no enfrascarnos más en una discusión a partir del argumento de “el otro tiene la culpa”, y mejor comenzar a pensar que todos los días se pierden vidas: vidas de peatones atropellados, de ciclistas aventados, de choferes que chocaron... y todas son igualmente importantes y salvables si empezamos a pensar en el otro como un igual.

Puede ser el momento de olvidar la idea del otro como un culpable y empezar a formular soluciones conjuntas para combatir el problema sustancial: la falta de educación vial del que anda en dos ruedas, en cuatro, a pie, en tráiler, en moto o en microbús.

Según como las autoridades construyan más y mejores ciclopistas; desarrollen estrategias más completas y efectivas de movilidad, y promuevan una educación más adecuada; sumado a la cultura vial que ejerzamos todos los que nos movemos en esta megalópolis, depende que dejen de morir personas en el asfalto día con día y logremos la meta de “Ni un ciclista muerto más”, “ni un conductor muerto más” y “ni un peatón muerto más”.



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